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Bohornia, el reverso de la realidad

LOS HOMBRES Y LAS HEMBRAS

LOS HOMBRES Y LAS HEMBRAS

Hoy me apetece tener una conversación “de género”, lo sé, el propio apelativo suena a cursilada de las gordas, pero el tema creo que promete. Los hombres y las hembras somos animales de una misma especie nacida hace unos 200.000 años en el Norte de África (no preciso más para que mauritanos, argelinos, libios y pobladores de Oriente Próximo tengan la fiesta en paz, bueno, diré “tranquila”, palabra que sí aparece en sus diccionarios), ambos homo sapiens sapiens, o sea, “el hombre / hembra ¿doblemente sabios?”.

Como especie desde luego no nos falta abuela, no hay más que ver el rimbombante nombre de nuestra especie, sí, digámoslo en román paladino, no nos llamamos a nosotros mismos cosas que se le podrían ocurrir a un gorila, un elegante o un koala, cosas como “los avariciosos”, “los ladrones de la naturaleza”, “cerebros con patas“, “los multiorgásmicos sin celo”, no, nos llamamos “los más listos”. Aunque a veces el abismo que media entre hombres y hembras es tan profundo que todos nos preguntamos si verdaderamente ambos descendemos del mono o ellas nos han mentido y en realidad provienen de una especie alienígena que ha venido a la Tierra para embaucarnos a todos los hombres. A estas alturas las féminas estarán un poco moscas porque aludo a ellas como hembras, lo seguiré haciendo, pero como decía el Senador de California “no problemo”, a ver, repasemos Ciencias Naturales del actual 2º de Bachiller: de conejo, coneja...de perro, perra....de zorro, zorra...y de hombre, hembra...(con perdón).

A veces me pregunto si verdaderamente somos los más listos o los más tontos de la Tierra. Y si somos los más listos... ¿lo somos los dos juntos, o la infinitamente superior inteligencia femenina arroja una media que nos coloca en el número uno del medallero de la Terra-Sofía?.

Y dicho esto, abro la Caja de Pandora y lanzo a los cuatro vientos algunas de las preguntas que llevo haciéndome toda la vida sobre ellas, de vosotros depende que me las siga haciendo, así que como dice Laporta, “al loro”:

· ¿Por qué cuando ellas dicen “no” en realidad quieren decir “sí”, salvo en el supuesto en que tu esperes que ellas digan “no” sólo para hacerte creer que es que “sí”, en cuyo caso dirán tres veces “no” para negar la doble negación que es afirmación?.

· ¿Por qué la mujer es el único ser del universo que podría decirle a su pareja, sentados frente a frente tras un día entero sin mediar palabra: “te doy la razón en todo lo que has dicho”?.

· ¿Cómo es posible que con sólo dos ojos ellas sean capaces de detectar tu sutil desvío de miradas cuando camináis los dos juntos por la playa y pasa un grupo de chicas delante de vosotros?. Detectará tu mirada de soslayo, mientras ella echa una mirada al socorrista buenorro de la torre vigía, otea el precioso horizonte del atardecer marino, controla el cubito de arena del niño descalzo que juega en la orilla, sin olvidar que se está inquietando porque aún lo has besado románticamente en plena puesta de sol, pero ojo porque a su vez está pensando en cómo llegar al puerto deportivo por el camino mas corto y ¡zasssss!, en esa fracción de segundo tiene tiempo para atizarte una colleja y amenazarte con guerra fría en el camastro si se vuelve a repetir tu osadía.

· ¿Por qué ellas son los únicos seres del universo que son capaces de detectar si aun hombre le pasa algo con sólo mirarle a los ojos?. Ellos lo negarán rotundamente, con un tono entre jocoso y sorprendido, mientras mastican interiormente “sí que son brujas, sí...”.

· ¿Por qué ellas no son capaces de aceptar la simplicidad del hombre?, me explico, ¿por qué después de una larga conversación placentera y feliz con su chico, él se va ala cama todo feliz y ellas activan un rastreador mental de frases pronunciadas por él, las analizan hasta exprimirlas y entienden justamente lo contrario de lo que él ha dicho?. A la mañana siguiente ella le echa la bronca, él lo flipa y le cuelga el teléfono. A la tarde, después de 15 llamadas perdidas de ella, él la llama, y rehace como puede la conversación del día anterior, pero como no se acuerda ni qué comió por la mañana, termina liando aún más el asunto. A la noche, aparte de que él ya no sabe ni de qué hablaron el día anterior, se pregunta de qué carajo están discutiendo. Nadie lo sabe. Él termina admitiendo su culpabilidad, es culpable de ser culpable.

· ¿Por qué ellas no pueden resistir la tentación de tener controladas todas las vías de comunicación que ellos tienen con el mundo?. Con razón, CIA y KGB son palabras femeninas. Ellas controlarán su móvil con rastreos minuciosos, le sonsacarán la clave de su email bajo la máxima de “no debemos tener secretos, ¿o es que acaso me ocultas algo?”, controlarán su agenda, le vaciarán los bolsillos de la ropa que dejó sobre la cama el día anterior y hasta terminarán realizando un listado mental de las amigas de su chico que puedan resultar una amenaza.

· Hablando de amenazas, ¿por qué la mujer es capaz de diseñar la amenaza total?. Sí, porque para ella hay dos tipos de amenazas. Una, no olvides que es la mayor de todas, las más latente, es la de la/s ex de su chico, ante ellas siempre activan la operación hollywood (ropas de gala y maquillaje al máximo, hay que sacar los tanques a la calle). La segunda es la amenaza de la madre, la guerra fría nunca declarada, es menos espectacular pero se extenderá de por vida, es como montar en bicicleta, nunca se olvida. Una vez que ella ha superado con nota el examen inicial de la madre (porque si no, ahí se acaba la relación), ella nunca le perdonará la mirada incisiva con scanner de rayos X del primer día que entro en casa, por ello la madre de él es siempre el elemento a batir, al fin y al cabo esa vieja es la culpable de que él no recoja los calcetines del baño.

· ¿Qué extraño poder tienen ellas que les permite ser la femenina trinidad: “amiga, amante y consejera”?. No me lo explico.

· ¿Por qué ellas aspiran siempre a sentirse deseadas por el mayor número de chicos posible y por el mayor intervalo de tiempo que Dios le de a bien aspirar?. Él, pobre iluso, cree que ella sólo se arregla con esos modelitos impresionantes para él, no comprende que ella es y será del mundo, aspira a dominar un imperio, el imperio de las hormonas masculinas.

El autor del escrito no se responsabiliza de las opiniones vertidas, por estar bajo proceso de intensa enajenación mental. No sabe lo que dice.

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