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EL CINE HÚNGARO, HOY

El cine húngaro actual es un elemento exótico para la mirada española, por lo desconocido que resulta en España. A menudo quienes se acercan a explorarlo lo hacen con la mirada extrañada propia de los guiris, que considerándose ellos el epicentro del mundo, viajan por el planeta como el que descubre por doquier culturas tribales ancestrales.

Es la mirada del “nuevo rico”, que con cierto aire de suficiencia, analiza lo desconocido con cierto aire de superioridad y perplejidad al mismo tiempo. Pero la cultura húngara (y con ello, su cine) ha estado ahí siempre, no necesita que nadie venga a redescubrirla y a incluirla en la cajita de recuerdos exóticos propia de la mirada del Oeste de Europa.

Esto explica que lo poco que conocemos del cine húngaro sea a través de quienes nos lo muestran como un cine de autor, cine heterodoxo per se, es decir, cine para intelectuales, o sea, para 4 gatos y con cierto aroma petulante. Y nada más lejos de la realidad, en el cine húngaro hay de todo como en botica: cine bueno, cine malo, cine “de autor”, cine “sin autor” (¿cine de masas?), cine policiaco, cine cómico, cine regular…….cine…… : fotografías en movimiento que nos cuentan historias.

 

LAS DÉCADAS DORADAS DEL CINE HÚNGARO

Y es que Hungría tiene una larga tradición cinematográfica, de hecho trabajar en el cine es aún hoy día algo muy prestigioso entre su población.

Podemos considerar a Hungría como la cuna o los antecedentes inmediatos de Hollywood, ya que a principios del siglo XX el primer estudio cinematográfico de Europa se construyó en Kolosvár, que en aquel entonces pertenecía todavía a Hungría (hoy en día se llama "Cluy Napoca" y es parte de Rumania). Hungría era por aquellos años el referente mundial de la naciente producción cinematográfica, los cineastas húngaros trabajaban con la UFA y multitud de películas alemanas fueron rodadas en Hungría.

A partir de los años veinte muchos cineastas húngaros se fueron a América huyendo de la dictadura de Horthy. Fueron ellos los que hicieron grande a Hollywood. Hablamos de directores como George Cukor, Michael Curtiz, o Ernst Lubitsch, por no mencionar a los compositores ganadores de Oscar y otros profesionales del cine. En los años cuarenta el legado del cine húngaro vino de la mano del cine de autor, con representantes como István Szöts o Géza von Radványi, cuyas películas son hace tiempo clásicos del cine magiar.

 

EL CINE HÚNGARO ACTUAL

A partir de los años cuarenta el cine húngaro entró en franca decadencia, con un cine de baja calidad estética sometido a la censura gubernamental. Se salva de la quema el cine protesta de István Szabó, que alcanza en 1981 el Óscar a la Mejor película extranjera.

Tras el comunismo Hungría ha destacado por ser a partir de los años 90 la cuna del cine porno europeo, de hecho Budapest es la ciudad europea donde más películas porno se ruedan al año, hecho que se explica por el bajo coste que suponen los rodajes en el país, aunque la tendencia es rodar cada vez más en Rumanía. Y no sólo porno, aquí han rodado muchos directores extranjeros, como S. Spielberg, Munich.

Como la inflación amenazaba con provocar la fuga de productoras extranjeras a Rumanía y resto de países del Este desde la entrada en la UE, el gobierno ha aprobado la nueva Ley del Cine (2004), con un sistema efectivo de incentivos fiscales, que garantiza un 20% de desgravación en todos los gastos en Hungría, lo que ha multiplicado por diez el número de películas extranjeras rodadas en el país.

Algo similar ocurre con el número de coproducciones internacionales con participación húngara y con la suma total de dinero gastado en Hungría por compañías cinematográficas extranjeras. Por supuesto, sigue siendo más caro que Rumania, pero esa situación no durará demasiado, según afirma el director Zoltán Kamondi.


Hoy en día el cine húngaro está presente en la sección principal de todo gran festival y son miembros de la Red Mundial de Cine de Arte y Ensayo. Es un cine pujante, lo que podemos cotejar con las 26 películas rodadas en 2006, muchas de las cuales habituales en los festivales, solo superados por Rusia en este aspecto como representantes de la Europa oriental.

La distribución internacional del cine húngaro se centra especialmente en Alemania, Francia y EEUU, pero es prácticamente un desconocido en España y Latinoamérica. Para poder competir en medio de un mundo globalizado (el 90% del mercado cinematográfico húngaro está copado por películas norteamericanas), se ha recurrido desde los años 90 a las coproducciones, en consonancia con el resto de países del mundo. La mayoría de estas coproducciones se realizan con Rumanía, Austria, Alemania e Italia. De hecho el legendario Festival de Cine de Karlovy Vary es una de las mejores oportunidades para acercarse a los cines del este de Europa.

 

DIRECTORES DE REFERENCIA

Entre los directores más destacados del cine húngaro actual destacan 3:

 

Zoltán Kamondi:

Destaca por la influencia italiana en su filmografía, especialmente de Fellini, reflejado en un estilo cinematográfico donde reina el aire de documental. Se ha caracterizado por retratar la sociedad que le rodea desde una perspectiva existencialista, que le permite captar el alma de sus personajes, sus sentimientos, pasiones, vicios, rencores, virtudes, frustraciones, maldades… ecce homo.

Entre sus películas destacan: Senderos de muerte y Ángeles (su primer largometraje), Tentaciones (2002, con una fantástica acogida en el Festival de Berlín), El Alquimista y la Virgen y su último trabajo, Dolina (2007), adaptación de la novela La visita del Arzobispo (Adan Kovacsics, publicada por Editorial Acantilado en España), donde narra la vida de Bogdanski Dolina.

El protagonista podría estar en Hungría, Bielorrusia, Egipto o Colombia, es el espectador quien ha de ajustar la historia a su propia experiencia, la de un individuo que afronta su monótona vida junto a toneladas de basura y bajo el sometimiento de un Estado brutal y terrorista.

 

György Pálfi:

Al cumplir 21 años se inscribió en la Universidad de Estudios Dramáticos, Cine y Televisión, y se graduó como director con su primer largometraje, Hukkle, que ganó el premio a la Mejor Película y el premio Gene Moskowitz de críticos extranjeros en la Semana de Cine de Hungría en 2002. A partir de su siguiente película, A Bus Came, se le considera como uno de los mayores talentos del cine húngaro actual.

Su última película ha sido un éxito internacional, Taxidermia (2006), premiada como Mejor Película en la Semana del Cine Húngaro (2006), Mejor director (Festival de Cine de Transilvania, 2006) y seleccionada para el Festival de Cannes (2006).

Taxidermia , delirante, absurda, surrealista, hiperbólica, hortera y genial al mismo tiempo, es la adaptación de dos novelas de Lajos Parti Nagy, que le permite retratar la reciente historia de Hungría, por medio de las vidas rotas de tres generaciones: la del abuelo, en los años de la primera guerra mundial; la del padre durante el régimen comunista y la del hijo en la actualidad.

La trama se enfoca en sus preocupaciones vitales: sexo, comida, salud y destreza física. Un trabajo barroco, susceptible de diversas lecturas que, además, recrea lo mundano y las necesidades primarias de estos hombres con escalofriante belleza.

 

István Szabó:

Szabó (Budapest, 1938), está considerado como uno de los mejores directores del panorama cinematográfico europeo del momento y es sin duda el rostro más conocido de entre los directores húngaros con proyección internacional. Sus primeros largometrajes, de escasa repercusión mediática, tuvieron que sortear la mirada inquisitorial de la censura, con obras marcadas por el espíritu contestatario propio de los años 60 y 70. Entre ellas destacan Apa (padre), 1966, Szerelmesfilm (1970) y Tuzoltó utca 25 (1973).

En los años 80, su cine abandonó la vocación de arte minoritario para abrirse hacia un cine de masas, lo que le llevaría a su consagración, son los años de reconocimiento internacional. Así, la trilogía Mephisto (1981) logró el premio al mejor guión en el Festival de Cannes y el Óscar a la Mejor Película Extranjera. Luego vendrían Colonel Redl (1984, Premio del Jurado en el Festival de Cannes) y Hanussen (1988).

En los años 90 Szabó ha rodado varias películas en inglés, como Conociendo a Venus (1991), Sunshine (1999) y su última obra, Being Julia, nominada al Óscar por la brillante actuación de Annete Bening. En 1996 recibió el Premio Pulitzer por su serie documental Los cien años del cine.

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